viernes, 11 de marzo de 2016

Discurso del Lic. Jaime González Aguadé, Presidente de la Comisión Bancaria y de Valores, en la 79 Convención Bancaria



−          Directivos y representantes de la banca mexicana.

−          Medios de Comunicación.

−          Señoras y Señores.

Muy buenos días.
Agradezco a la Asociación de Bancos de México por la invitación para participar en la 79° Convención Bancaria. El año pasado fue, a mi parecer, un año particularmente productivo. Tanto las autoridades, como los bancos, salimos de aquí con múltiples acuerdos para atender preocupaciones del sector en temas de requerimientos de capital, reconocimiento de garantías y del cálculo de liquidez, entre otros. Estos acuerdos se integraron a nuestra agenda de los últimos doce meses y hoy son parte de los resultados que conjuntamente obtuvimos.
Estoy seguro de que esta Convención, al igual que las anteriores, nos permitirá valorar avances, discutir sobre las oportunidades y retos que enfrentamos, así como formar compromisos que nos conduzcan a alcanzarlos.
No obstante, al hacer el balance de lo ocurrido el año pasado, es imposible dejar de lado el contexto internacional que, durante los últimos meses, se ha caracterizado por un entorno financiero complicado. Hemos presenciado una volatilidad importante en los mercados internacionales, una desaceleración del crecimiento en las economías emergentes, una fuerte caída en los precios de las materias primas, y un incremento en las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Esta situación mantiene al mundo entero en un entorno de incertidumbre.
Sin embargo, México es de los países mejor posicionados para hacer frente a dicha volatilidad internacional y una de las razones es que tenemos un sistema financiero estable y, en particular, un sector bancario sólido, bien capitalizado y con crecimiento sostenido, lo que contribuye positivamente para dinamizar la economía.
Ante escenarios de volatilidad similares ocurridos en el pasado, en particular la crisis financiera internacional de 2008, los bancos del sistema financiero mexicano probaron que más que ser parte del problema, hoy son parte de la solución.
Esto no es casualidad, es resultado de años de trabajo coordinado para construir un marco prudencial robusto, el cual ha generado condiciones de estabilidad y certidumbre dentro del sistema financiero. Pero tener un sistema bancario sólido no es suficiente; el país requiere de una banca proactiva, promotora, que ofrezca soluciones a las necesidades financieras de la población y que canalice recursos a los sectores productivos de la economía. Esta es la posición que ha asumido la banca en los últimos años. Hoy veo cada vez más esa banca; una banca sólida y fuerte, incursionando en nuevas oportunidades y preocupada por la inclusión financiera de la población.
Los números no me dejan mentir. En los últimos 3 años, el financiamiento interno al sector privado como proporción del PIB se incrementó en más de 5 puntos porcentuales ubicándose en 31%; y resalto que la banca múltiple contribuyó con más de la mitad de dicho incremento.
Tan sólo en el último año, la cartera total de crédito de la banca múltiple creció casi 15%, 3 veces por encima del crecimiento del PIB; proporción que había sido de 2 veces, en promedio, en los últimos cinco años.
También muy buena noticia es que se ha logrado expandir y dirigir mejor el financiamiento, sin sacrificar la calidad crediticia. Hemos tenido doce años consecutivos con índices de morosidad por debajo del 4% y el año pasado cerramos con una cartera vencida menor al 3%.
Esta eficiencia de la banca mexicana se ve reflejada en los sólidos balances y adecuados niveles de capitalización para hacer frente a posibles escenarios adversos. Llevamos 8 años con un índice de capitalización cercano al 15%; inclusive, en los últimos 3 años, el sistema bancario registró un ICAP promedio de casi 16%,  lo que nos posiciona por encima de otros sistemas bancarios como el de Perú, Estados Unidos, China y Chile.
Las reformas estructurales emprendidas por el Presidente Enrique Peña Nieto, la estabilidad macroeconómica del país y los buenos resultados del sector, significan oportunidades de crecimiento y negocio para el sector posiblemente como en ninguna otra parte del mundo. Prueba de ello es la  autorización de licencias bancarias otorgadas por la Comisión el año pasado a tres nuevas instituciones de capital extranjero. Más allá de ello, con esto se acumulan 13 nuevos participantes en este sector en lo que va de la presente Administración.
Por otra parte, es importante recalcar que los buenos resultados han ido de la mano de un importante esfuerzo por parte de todos los funcionarios bancarios, -desde el consejo de administración hasta el cajero en la sucursal más lejana-, por adoptar la nueva regulación derivada de la Reforma Financiera y para dar cumplimiento a los estándares de Basilea, consolidar sistemas y procesos, contar con personal calificado y fortalecer sus gobiernos corporativos para soportar su sana expansión.
También es importante resaltar los resultados de la Reforma Financiera, los cuales son alentadores. Hoy, a poco más de dos años de su promulgación, como lo estableció el Secretario Videgaray en la presentación de la iniciativa de ley, se otorga más crédito y más barato.
En los últimos 24 meses, la cartera total creció 20% en términos reales, por arriba del 16% de crecimiento que registró durante los dos años previos a la Reforma. Además, se ha logrado una disminución de casi un punto porcentual en la tasa de interés implícita.
Dicho crecimiento de la cartera total se dio en gran medida por la expansión de la cartera empresarial que, en los últimos dos años, casi duplicó su crecimiento real respecto a los dos años previos a la Reforma. Además, este financiamiento se ha dado en mejores condiciones, con una reducción de 1.3 puntos porcentuales en su tasa de interés implícita.
Por su parte, y también como resultado de la Reforma Financiera, es necesario mencionar la labor de la Banca de Desarrollo como propulsor de la canalización de crédito a los sectores productivos. A partir de la Reforma, la cartera total de la Banca de Desarrollo ha crecido 23% en términos reales con una tasa de interés implícita promedio menor en 1.6 puntos porcentuales.
Además, la simplificación en el régimen de otorgamiento y ejecución de garantías que derivó de la Reforma, permitió que el crédito inducido, a través de las garantías otorgadas por la banca de desarrollo, alcanzara $355 mmdp al cierre de 2015, lo que significa un crecimiento real acumulado de 32% durante los últimos dos años.
Como saben, tanto la regulación como la supervisión son procesos dinámicos. Siempre están sujetos a cambios y mejoras. Los últimos años han sido particularmente intensos en ese sentido. Y de nuevo reconozco el esfuerzo y agradezco a todos los empleados bancarios por su participación en la elaboración y adopción de los cerca de 300 modificaciones a las normas del sistema financiero que realizamos en 2014; lo anterior para instrumentar la Reforma Financiera e incorporar los requerimientos de capitalización y liquidez emitidos por el Comité de Basilea.
Sin embargo, nuestra agenda regulatoria durante 2015 también fue ambiciosa con resultados muy satisfactorios. Realizamos aproximadamente 70 cambios regulatorios que en su conjunto, buscan un sistema financiero sólido, eficiente y apegado a las mejores prácticas internacionales.
Trabajamos en el perfeccionamiento del marco normativo para promover el desarrollo de la actividad bancaria. Por ejemplo, emitimos reglas para que las reservas de la cartera de consumo reconozcan las garantías otorgadas por la banca de desarrollo.
Por otro lado, realizamos modificaciones al marco regulatorio para continuar cumpliendo con los estándares de Basilea. Por ejemplo,  establecimos y publicamos las bases para identificar a los bancos con importancia sistémica local.
Esta transformación del marco regulatorio nos ha hecho acreedores de diversos reconocimientos internacionales. En 2015, México fue calificado como “compliant”, el grado más alto posible otorgado por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea por el cumplimiento del Programa de Evaluación de Consistencia Regulatoria; hecho que además de consolidar la certidumbre de los inversionistas en el sector, nos coloca como un referente internacional.
También, la Comisión fue objeto de otros reconocimientos internacionales, como el otorgado por la Unión Europea respecto al  régimen de confidencialidad bancaria, y el concedido a nuestro Sistema de Atención de Requerimientos de Autoridad (SIARA) en el informe de la oficina de la ONU contra la Droga y el Delito.
                       
Hoy podemos decir que el sistema financiero mexicano cuenta con un marco legal moderno que lo dota de estabilidad y le permite mitigar riesgos; pero la tarea de las autoridades no termina con la emisión de reglas. Las labores de supervisión son indispensables para hacer cumplir la regulación y para detectar con oportunidad y dar seguimiento a posibles riesgos.
En este sentido, en 2015 ejecutamos un amplio programa de supervisión, a través del cual se llevaron a cabo 630 visitas de inspección a todo el sistema financiero mexicano; un incremento de 26% respecto a 2014. Cabe mencionar que aproximadamente el 15% de estas visitas fueron practicadas a las instituciones del sector de banca múltiple.
Como resultado de estas visitas y de los procesos de vigilancia, la CNBV emitió más de 70,000 observaciones y recomendaciones e instruyó alrededor de 5,500 acciones correctivas a todo el sistema financiero mexicano. 
En la Comisión además de reconocer los esfuerzos que ustedes han realizado, también estamos convencidos de los niveles de eficiencia que la banca mexicana ha alcanzado, y por ello sabemos que no podemos quedarnos atrás.
En este sentido, para seguir cumpliendo plenamente con nuestras atribuciones -previas y nuevas a raíz de la Reforma Financiera- y en línea con nuestro Plan Estratégico, en los últimos meses hemos comenzado a implementar las metodologías y procedimientos de supervisión necesarios para adoptar un enfoque de supervisión basada en riesgos.
Esto no es un cambio menor. Para ello contamos con la asesoría del Banco Mundial a fin de incorporar las mejores prácticas internacionales. Con ello, estamos fortaleciendo la supervisión de cumplimiento con un enfoque prospectivo donde el supervisor evaluará prioritariamente las áreas e instituciones que representan mayor riesgo en el sistema financiero.
Este nuevo enfoque y las herramientas que hemos desarrollado para su instrumentación, aseguran que nuestras labores de supervisión sigan una metodología cuantitativa, robusta y homogénea; y a su vez, permitirá fortalecer las conclusiones respecto a los riesgos que enfrentan las instituciones del sistema financiero y las medidas necesarias para mitigarlos.
No obstante, para que este nuevo enfoque alcance el potencial deseado y para que el marco regulatorio tenga el mayor impacto en la economía, es necesario que se asuma plenamente por todos los participantes a través de una adecuada cultura bancaria, la cual se origina en el consejo de administración y la alta gerencia y debe permear al resto de la institución.
Cada una de sus empresas estableció una visión y un propósito que va más allá de generar ganancias. La cultura bancaria es el nivel de congruencia que existe entre esa visión y su actuar, y está determinada por la manera en que se llevan a cabo los procesos internos y por cómo permea el actuar de los directivos en los demás trabajadores.
En este sentido, la cultura bancaria toma gran relevancia, donde más allá de las reglas, determina el comportamiento de cada una de las instituciones y cierra la mancuerna en complemento con una regulación y supervisión apropiadas, para construir un sector más sólido y socialmente responsable.
Al día de hoy, hemos visto algunos avances en este sentido. Por ejemplo, en los últimos años la mayoría de los bancos han hecho cambios en sus consejos directivos y han establecido su perfil de riesgo acorde a sus planes de negocio y a las oportunidades de mercado. Lo anterior, buscando fortalecer sus órganos de decisión y establecer límites y tolerancia para una mejor gestión de riesgos en la institución.
Nuevo reto: innovar
Estos riesgos no solo son los que se incurren en la operación diaria, sino también en los que provienen de otras fuentes. Por ejemplo, recientemente escribió Thomas Friedman, periodista y escritor tres veces ganador del Pulitzer, que hoy nos enfrentamos a tres grandes fuerzas que están transformando el planeta: la tecnología, la globalización y el cambio climático. Estas tres fuerzas están en constante aceleración y su velocidad demanda una mayor capacidad de reacción y de toma de decisiones; además, nos obliga a desarrollar soluciones, fortalecer la gobernanza y desarrollar mejores habilidades de liderazgo.
Estas fuerzas, están revolucionando muchas industrias y la industria financiera no es la excepción. Como ya comenté la globalización se ha hecho una realidad en el sistema con la entrada de nuevos participantes extranjeros. Pero a su vez nos impone nuevos retos como es la correcta identificación de las transacciones financieras que se hacen al extranjero. Un tema de gran relevancia en el que debemos redoblar esfuerzos.
Por su parte, el avance de la tecnología se hace patente cada día con la entrada de nuevos jugadores con ideas innovadoras y soluciones híbridas. Como ejemplo, tenemos las nuevas carteras digitales, las recientes soluciones de pago o la industria de financiamiento colectivo (crowdfunding).
Si bien hoy México tiene una banca estable que opera bajo un marco de regulación y supervisión sólido, moderno y acorde a las mejores prácticas internacionales, no podemos quedarnos ahí. Aún hay retos en términos de inclusión, crédito, y como mencionó Friedman, la globalización y la rápida adopción tecnológica representan desafíos adicionales.
El desarrollo y la adopción de tecnología en las últimas décadas se han dado a pasos agigantados. De acuerdo al Banco Mundial, la adopción de los celulares por el 80% de la población mundial se dio en menos de veinte años; mientras que, por ejemplo, la radio tardó setenta años en ser adoptada. Esto significa que existe una gran recepción de innovación tecnológica y debemos hacerla nuestra aliada.
Ante esto, la banca cuenta con múltiples ventajas comparativas como la lealtad de los clientes y su experiencia en el manejo de riesgos y el cumplimiento de la regulación. Estas ventajas pueden ser aprovechadas para crear sinergias con la industria tecnológica o desarrollar internamente nuevos productos y servicios.
Además de la rápida adopción tecnológica, el bono demográfico con el que cuenta el país le brinda una oportunidad única a la banca para incorporar nuevos segmentos al sistema. Primero, el 39% de la población mexicana es menor a 18 años y serán el grueso de sus clientes en 10 años.
Segundo, el 31% de la población ocupada que se incorporó al mercado laboral formal en el último año fueron jóvenes de 15 a 29 años de edad; un segmento de la población que al incorporarse al mercado laboral, potencialmente sea la primera vez que utilizan un servicio bancario para recibir su nómina. Esto sin duda también es una oportunidad para atraer clientes mediante soluciones innovadoras.
La tecnología fomenta un sistema financiero más incluyente, ya que rompe barreras, disminuye costos y permite incorporar a nuevos jugadores al sistema. Por lo tanto, fomentar la innovación es apostar a favor de una mayor inclusión financiera.
Los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015 muestran avances: el número de adultos con cuentas de ahorro se incrementó de 35 a 44 por ciento y el mayor avance se dio en mujeres que habitan localidades rurales. Si bien estas cifras son positivas, también nos hablan de que más de la mitad de la población no tiene una cuenta en una institución formal, por lo que es claro que nos falta mucho por hacer para tener un sistema financiero al que accedan todos los mexicanos.
No dejo de mencionar que esta inclusión debe estar acompañada de una mayor educación financiera. Lo que quiero resaltar es que la inclusión financiera se interpreta como incorporar a más gente al sistema, mientras que la educación financiera se refiere no nada más a un concepto de cantidad sino a una incorporación de calidad.
La educación financiera nos permite estar mejor informados sobre nuestros derechos y obligaciones, y es sustancial para disminuir riesgos tales como fraudes y el robo de identidad. Recientemente hemos observado un incremento en el uso indebido de información personal para suplantar identidades y cometer delitos. Al respecto, las autoridades en coordinación con ustedes buscamos poner en marcha una estrategia que contempla modificaciones al marco regulatorio, en el corto y mediano plazo, orientadas a fortalecer los mecanismos de validación y autentificación de los medios de identificación de los clientes, y que presupone que los usuarios accedan a más y mejor información.
Este es un ejemplo más de la valiosa colaboración entre las autoridades y las instituciones que conforman el sistema financiero mexicano.
Cierre
Señoras y Señores.
En conclusión, se han logrado avances muy importantes en el desarrollo del sistema financiero. A pesar del contexto global, tenemos un sector bancario fortalecido, que ha roto la inercia y está creciendo por encima del PIB, con niveles de capitalización y solvencia adecuados.  Es momento de ver hacia adelante y migrar de una banca tradicional, a una banca visionaria. Es tarea de todos aprovechar las oportunidades actuales para construir desde ahora un sistema financiero visionario preparado para retos futuros.
Sin duda, nosotros, como entidad reguladora, tenemos la responsabilidad de no inhibir el desarrollo de nuevos productos por parte de la banca. Uno de los retos más importantes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores es mantener una regulación dinámica que permita la innovación en el sistema, sea acorde a la normatividad internacional y que, a su vez, mantenga la estabilidad del sistema financiero.
Ustedes como sector privado tienen en sus manos el ofrecer servicios y productos de manera responsable y con claridad de condiciones para el usuario, asumiendo como suyo el objetivo de ayudar a las familias y empresas mexicanas a cumplir sus objetivos financieros; porque al final, todos nos beneficiamos de incentivar un mejor uso del sector financiero formal.
Buenos días.

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